lunes, 21 de febrero de 2011

HELICONIAS Y OTRAS FLORES ROJAS


¿Sabes
qué es un colibrí?
¡El más pequeño
de todos los pájaros!
Mueve
       sus alas
                tan deprisa
que parecen invisibles.




Ni siquiera una fotografía           
consigue detenerlas.                  
El si se detiene                          
                en el aire                
                          ante la flor,
con sus alas invisibles,                
el instante preciso para una foto.

Se retrata,
pájaro y flor,
y se va.
Se va
y vuelve para otro retrato,
flor y pájaro.
Así es el colibrí,
el más pequeño
de todos los pájaros.



HELICONIAS
Nombres vernáculos: Platanillo, Ave del paraíso, Platanera silvestre, Muela de langosta.
Familia: Heliconiaceae
Etimología: Toma su nombre de la montaña griega Helicón, lugar donde se reunían las Musas.
Lugar de origen: Centroamérica y Suramérica, Islas del Pacífico e Indonesia.

Las Heliconias son el único género de la familia de las Heliconiaceas, perteneciente al orden botánico de los Zingiberales. Este orden tiene una serie de características distintivas como las hojas largas y las grandes inflorescencias con vistosos colores. La mayoría de taxónomos reconocen ocho familias en el orden de los Zingiberales:
-Cannacea (las cannas y chirillas)
-Costacea (costus)
-Lowiacea
-Musacea (los bananos y plátanos)
-Marantacea (las calateas).
-Strelitziacea (aves del paraíso)
-Zingiberacea (los gingers)
-Y por último Heliconiacea que es la familia a la que pertenecen las flores a las que queremos hacer referencia, las heliconias.

Las heliconias son plantas monocotiledóneas, que crecen a partir de rizomas que producen brotes o vástagos. Sus grandes hojas están colocadas en posición dística y, según como estén dispuestas, se pueden identificar tres hábitos diferentes de crecimiento: "canoide" cuando la hojas presentan pecíolos medianos y se disponen oblicuamente, "musoide", cuando las hojas están en posición vertical y con pecíolos muy largos y "zingiberoide", con hojas generalmente sésiles y dispuestas en forma más o menos horizontal. Sus flores son hermafroditas y poseen brácteas de color rojo, verde, amarillo, rosa o naranja. En los trópicos americanos, los colibríes son los polinizadores exclusivos de las heliconias rojas, amarillas, rosas y naranjas, mientras que los murciélagos cumplen esta misma misión con las heliconias verdes.

El género Heliconia, presenta de 200 a 400 especies en el mundo, siendo Colombia el que mayor cantidad de especies posee (aprox. 93). Debido a su crecimiento rizomatoso son muy valiosas para contrarrestar los movimientos de tierra en las laderas erosionadas de los barrancos. La gran mayoría de especies habitan en regiones húmedas y lluviosas, pero algunas pocas se pueden hallar en zonas más secas, aunque alcanzan sin duda su máximo esplendor vegetativo en las zonas húmedas de los trópicos con suelos ricos en materia orgánica.

Debido a la vistosidad de sus flores son plantas destinadas al cultivo ornamental existiendo muchos cultivares destinados a flor cortada ya que tienen una conservación duradera. Si queremos cultivarla tendremos en cuenta que la plantación se realiza en primavera utilizando la separación de los vástagos, aunque también se puede reproducir mediante semillas. Le buscaremos una exposición semisombreada.

Para diferenciar unas flores de otras lo mejor es verlas en imágenes. No podemos mostrar todas las especies de heliconias existentes pero a continuación vamos a hacer una pequeña exposición con algunas de ellas, centrándonos especialmente en las de color rojo.


Izqu.: Heliconia collinsiana. Centro: Heliconia excelsa. Derecha: Heliconia rostrata (la rostrata es la flor nacional de Bolivia donde la conocen por el nombre de Patujú)

Izqu.: Heliconia imbricata. Centro: Heliconia tortuosa. Derecha: Heliconia bourgaeana
Izqu.: Heliconia wagneriana. Centro: Heliconia episcopalis. Derecha: Heliconia angusta
Izquierda: Heliconia vellerigera. Derecha: Heliconia caribaea

Izquierda: Heliconia velloziana. Derecha: Heliconia Bihai

Aunque los colibríes prefieren las heliconias rojas también acuden a libar
otras de colores amarillos o naranjas.
Izquierda: Heliconia auriantica. Derecha: Heliconia stricta

Los colibríes frecuentan también otras flores pertenecientes a otros géneros. Una de las familias más comúnmente polinizadas por ellos es la familia Passifloraceae que incluye a pasifloras y tacsonias. De entre ellas vamos a destacar por su llamativo color rojo a la Passiflora vitifolia.

Flor de Passiflora vitifolia
Passiflora vitifolia kunth.
Pasiflora de hojas de vid, Pasiflora perfumada, Granadillo silvestre, Granadilla de monte.
Familia: Passifloraceae
Lugar de origen: América Central y noroeste de Sudamérica.

Es una planta trepadora que alcanza hasta 8 metros de longitud. Las hojas son alternas, divididas parcialmente en tres lóbulos, con el lóbulo central más largo, de 7 a 14 cm. Las flores son hermafroditas de color rojo escarlata, solitarias y axilares, tienen de 10 a 12 cm de diámetro y están formadas por 5 pétalos, 5 sépalos, 5 estambres, un pistilo con 3 estigmas y una corona con abundantes filamentos.
Los frutos son ovoides de aproximadamente 7 cm, de color amarillento cuando maduran. Son muy aromáticos, dulces y ricos en vitaminas A y C. Contienen múltiples semillas que son las encargadas de la reproducción de nuevas plantas. También se puede multiplicar por esquejes en el verano y por acodo. El crecimiento de esta planta es muy rápido sobre todo sobre suelos frescos, ligeros y bien drenados, con alto contenido de nutrientes. Requieren de exposición soleada y protegida de los vientos. Se le puede realizar una poda de limpieza a principios de la primavera.
Sus hojas se utilizan como vermicida y para tratar los forúnculos.


Otra flor de intenso color rojo, muy frecuentada por el colibrí es la Iochroma fuchsioides.

Flores de Iochroma fuchsioides
Iochroma fuchsioides (Bonpl.) Miers
Iochroma roja, Corazón de pollo.
Familia: Solanáceas
Lugar de origen: Ecuador

La Iochroma fuchsioides es un arbusto perennifolio que puede alcanzar unos 3 metros de altura, con el tronco corto y la copa de forma redondeada. Las hojas son alternas y simples. Las flores crecen en racimos y tienen forma de trompeta de un color rojo encendido. Florecen durante todo el año aunque la floración es más considerable durante la primavera y el otoño. Los frutos tienen una forma característica que recuerda al corazón de los pollos, circunstancia por la cual a esta planta en algunos sitios se la conoce precisamente con este nombre: “Corazón de pollo”.
Es una planta utilizada como ornamental que necesita climas cálidos, por lo que resulta bastante vulnerable a las heladas. Requiere de suelos frescos aunque no tolera las inundaciones. Se reproduce fácilmente mediante semillas. Antiguamente, en algunos sitios este arbusto era utilizado y cultivado para aprovechar sus propiedades alucinógenas.



Curiosidades:
Los receptores pigmentarios de los insectos están desplazados para captar el espectro ultravioleta. Llegan a percibir algunos matices o mezclas que contienen el color rojo, pero no así el rojo puro que pasa desapercibido o, en el mejor de los casos, no llama suficientemente su atención, tal vez a sabiendas de que las flores que eligieron ser rojas no fueron diseñadas para ellos.
La ausencia de aroma es otro rasgo distintivo de unas flores que no pretenden en absoluto atraer a los insectos como intermediarios de su reproducción. Sus verdaderos pretendientes, las aves nectarívoras, por el contrario, en la mayoría de los casos no cuentan con sentidos del olfato desarrollados, o tienen vedado totalmente el mundo de los olores como en el caso de los pequeños colibríes; sin embargo, ven los colores perfectamente en el espectro visible, el mismo campo de visión en el que nos desenvolvemos los propios humanos.
La forma externa y la estructura interna de la flor, su peculiar disposición en la ramilla, la abundancia de inflorescencias, su continuidad a lo largo del año en el clima tropical (flores que viven un solo día y que se abren en horario diurno), la profundidad a la que se encuentran los nectarios adaptada a la diferente longitud de los picos, la cantidad y calidad del nutritivo líquido azucarado que se oferta..., todo en estas flores ha evolucionado para satisfacer la demanda de néctar de los colibríes, favoreciéndoles como agentes polinizadores frente a la competencia de insectos o murciélagos.
Si bien nuestros pequeños pájaros protagonistas buscan y obtienen néctar en flores de diferentes colores, parecen especialmente atraídos por aquellas que son de un llamativo color rojo.
Es así como, entre otras, una familia de plantas, las heliconias, ha ligado su destino a la existencia de tan singular grupo de aves hasta el extremo de que gran número de sus especies dependen totalmente para su supervivencia de estos pájaros incansables. Se trata, en cualquier caso, de un contrato de reciprocidad al que ambos, pájaros y flores, están indisolublemente ligados de por vida.

martes, 1 de febrero de 2011

METASECUOYA, HISTORIA VIVA, PREHISTORIA FÓSIL

     De cuando en cuando el tiempo se aprieta o se dilata a capricho, a veces nos sorprende, nos turba y nos sacude con sus asombrosas maneras de acontecer. Soy el perpetuo fascinado del lapso, de la era, del momento y de la eternidad.
     Millones de años se comprimen en esta pequeña reliquia petrificada que atesoro entre mis manos, fragmento de historia fósil en la que se dibujan con insólita perfección las formas inequívocas de una ramita de árbol, con sus diminutas hojitas bien delineadas y en tiempos repletas de vida. Reflexiones como esta son, en esencia, el origen de mi dedicación vocacional a la paleontología y la paleobotánica, esta ciencia que algunos con descaro tildan de “chaladura”.
     ¿Se imaginan que..., por ejemplo, apareciese de repente en el jardín de su casa, burlando todas las leyes de la lógica e incluso de la física, un imponente Mamut, con sus colmillos de tres metros, embarcado directamente desde el Pleistoceno?, ¿... o que un robusto Neandertal de poco más de metro y medio le invitara a cenar a su cueva después de 28.000 años sin dar señales de vida?. Seguramente se sentiría perplejo, quizás exaltado y tal vez alarmado. Pues bien, una suma de todas estas sensaciones son las que experimento yo en estos momentos. Hace cuatro días, justo los que llevo sin dormir, me anunciaron la posibilidad de que esta ramita fosilizada, que descubrí hace tiempo y que hoy he desempolvado, cuya especie no se conocía y a la que modestamente me permití el atrevimiento de bautizar, podría haber sido hallada viva en una pequeña población de China. Veinte millones de años después de la fecha en la que yo mismo y mis colegas creíamos extinguida aparece en el presente, ¡como por arte de magia!, ¡¡¿cómo un ser de más de cuarenta metros de altura ha podido esconderse de nuestros ojos tanto tiempo?!!.
     Así llevo días inmerso en un estado de desasosiego permanente esperando la llamada de mi colega el doctor Hu confirmando o desmintiendo la veracidad de esta noticia. Hoy sin duda ha de ser la fecha clave de mi vida profesional, el día en que se realicen todos mis anhelos o que se desvanezcan todas mis esperanzas. Es tan elevado mi estado de excitación que creo que no voy a poder esperar más. Si me disculpan un momento voy a hacer una llamada......

......Perdonen que haya tardado tanto, estoy un poco afligido. Las noticias no han sido buenas y se han cumplido mis peores temores....¡¡¡El maldito teléfono se ha vuelto a estropear!!!.

METASECUOYA
Metasequoia glyptostroboides, Hu & W. C. Cheng
Secuoya de hojas caedizas, Sequoia del alba, Abeto de agua, Falsa secuoya.
Familia: Taxodiadeae.
Etimología: El prefijo “meta” viene del griego “cercano a” con lo que Metasecuoya significaría “cercano a los Secuoyas” (recordemos que Secuoya debe su nombre al mestizo cherokee llamado Sequoyah , inventor de un sistema de escritura que permitió interpretar el idioma de los indios cherokee).
Lugar de origen: China

Descripción:
Árbol caducifolio, monoico, de crecimiento rápido, que llega a alcanzar los 40-50 m de altura. Es una conífera de porte estrechamente cónico. Las hojas están enfrentadas y son similares a las de los secuoyas aunque en los metasecuoyas caen en el otoño. Son acículas aplanadas de 0,8 a 2 cm de longitud, con el haz verde glauco y el envés amarillento, cambiando a un rojo parduzco en la caída otoñal. Los conos son subglobosos, de 15 a 25 mm de diámetro, formados por escamas leñosas opuestas que caen después de la maduración 8 o 9 meses después de la polinización. Los estróbilos femeninos poseen un pedúnculo largo y contienen dos semillas por escama. Los conos masculinos tienen de 5 a 6 milímetros de largo, produciendo el polen a principio de la primavera y tienen la peculiaridad de que solamente se producen en los árboles que crecen en regiones con veranos cálidos.

Cultivo: Necesita terrenos húmedos, en su hábitat natural se cría en márgenes de ríos. Prefiere suelos ácidos y exposición soleada. La reproducción se realiza por semillas que germinan fácilmente aunque también se pude reproducir mediante esquejes leñosos (en vivero al principio de la primavera) o semileñosos que enraízan con facilidad bajo niebla si se les coge en verano.

Utilización: Al ser un ejemplar de grandes dimensiones es ideal para grandes parques siendo muy utilizada como planta ornamental por el color dorado que toma en otoño. Los nativos chinos utilizan las ramas y las hojas como forraje para el ganado.

Propiedades: Se ha descubierto recientemente que contiene PNP (péptido natri-urético de planta) aplicándose en el tratamiento de la obesidad y más particularmente como composición adelgazante en el campo de la cosmética.

Enfermedades  y plagas: No tiene problemas sanitarios específicos por lo que únicamente nos debemos preocupar de prevenir el ataque de áfidos (pulgones) y el desarrollo de enfermedades causadas por hongos, a menudo favorecidas por el clima fresco y húmedo.

Curiosidades:
     En una época en la que el hombre ansía explorar el espacio y conocer otros mundos resulta extraño pensar que en nuestro propio planeta aun haya cosas por descubrir. Recientemente hemos oído como en los últimos años se han ido encontrando nuevas especies abisales, habitantes de las profundidades de los océanos. Lo mismo ocurre con una gran cantidad de invertebrados que continuamente se van descubriendo en lugares remotos y no tan remotos de la tierra. Más raro resulta encontrar nuevas especies vegetales de gran tamaño como ocurrió en el siglo pasado con las Metasecuoyas, especie que se consideraba extinguida hace veinte millones de años.
     Cuando en 1941 el paleobotánico japonés Shigeru Miki (1901-1974), encontró unos fósiles bien conservados de una especie vegetal que en principio parecía una secuoya no podía imaginar la importancia que iba a adquirir este hallazgo. Al observar los restos con detenimiento pudo darse cuenta que tenían características diferentes a las de los secuoyas y al advertir que se trataba de una especie nueva decidió ponerla el nombre de Metasecuoya. Paralelamente llegaban noticias de que en la apartada región de Sichuan en China, concretamente en la población de Modaoqi situada al este, se habían encontrado unos árboles de gran tamaño que no se habían podido identificar y al que los campesinos de aquellos lugares llamaban “abeto de agua”. Cuando por fin en 1946 una muestra de estos árboles cayó en manos del Doctor Hu, que en esos momento era el director del Fan Memorial Institute de Beijing y que conocía los estudios paleontológicos del Dr. Miki, llegó a la conclusión de que este nuevo árbol era en realidad la Metasecuoya que había hallado años antes el científico japonés en estado fósil y que se creía extinguida. Posteriormente distintas expediciones culminaron con el hallazgo de nuevos bosques en estado salvaje llegando a calcularse una población estimada de metasecuoyas de unos 6.000 ejemplares. A partir de estos primeros árboles encontrados se han distribuido semillas por todo el mundo por lo que en la actualidad no es difícil encontrarlos en parques y jardines.
     El género Metasequoia consta de una sola especie viva, Metasequoia glyptostroboides, pero se conocen otras en estado fósil que se han encontrado en numerosas zonas del Hemisferio Norte, desde la isla Axel Heiberg (al norte de Canadá) hasta las Badlands situadas al oeste de Dakota del Norte en Estados Unidos. Se han estudiado una veintena de fósiles que al final han quedado reducidas a tres únicas especies Metasequoia foxii, Metasequoia milleri, y Metasequoia occidentalis.
     Como hemos visto, las metasecuoyas habían sido abundantes hace millones de años y milagrosamente habían sobrevivido a la extinción en una remota zona de China.