miércoles, 2 de junio de 2010

HABLEMOS DEL TIL Y EL MÍTICO ARBOL GAROÉ

     Mi nombre es Guanarame, soy el último de los bimbaches libres, aunque no se por cuanto tiempo todavía. Escapé de las cadenas de la esclavitud a la que los crueles invasores de mi amada isla Ezeró sometieron a los escasos supervivientes de mi pueblo. No pude salvar a mi joven esposa Tinguafaya.
     Huyendo de mis captores, me arrojé al mar desde los acantilados de los Roques y nadé varios días sin descanso. Exhausto, alcancé las orillas de la isla libre de Benahoare. Ahora vivo acogido por mis hermanos los ahuaritas.
     Lo perdimos todo cuando no supimos guardar el secreto del agua. Pobre Agarfa, el amor la traicionó y su condena fue también nuestra condena para siempre. Tal vez no hubiéramos podido resistir por mucho tiempo, pero el conocimiento que nuestro pueblo detentaba sobre el origen del agua nos hacía fuertes frente a la horda invasora de los piratas normandos. ¡Malditos Jean de Bethencourt y su malvado hijo!.
     El agua, si, el agua lo era todo. Nuestros antepasados no tardaron en descubrir su importancia en tan pequeña y árida isla. Salvo en la época de temporales, los abundantes barrancos aparecían completamente secos y los manantiales apenas duraban unos pocos días. Pero en las laderas de la isla expuestas a los vientos del norte hay una espesa selva que recoge las nubes. Es allí donde se produce el milagro del agua. El valioso bosque es la única zona de la isla preservada del pastoreo de los rebaños, no en vano es un paraje consagrado a nuestra deidad Eraoranhan. Y en el lugar más oculto, en el enclave más recóndito y secreto se encuentra el Garoé, el árbol santo.
     Cuando los soldados europeos descubrieron el emplazamiento del Garoé, la estirpe de los bimbaches se enfrentó a los últimos días de su libertad y de su historia.
     Mi nombre es Guanarame, soy hijo de la pequeña isla Ezeró, la última de las islas del fuego frente al inmenso mar. Ahora vivo con mis hermanos ahuaritas en la isla todavía libre de Benahoare. Aquí, esperando la llegada de los barcos invasores, nos preparamos para la lucha inevitable.

TIL
Ocotea foetens
til, tilo.
Familia: Lauraceae
Lugar de origen: Islas de Madeira y Canarias.

Til es el nombre común dado a esta especie fanerógama perteneciente a la familia de las lauráceas que ayuda a constituir el bosque de la laurisilva canaria, donde comparte espacio con especies como el viñátigo, el acebiño, el laurel canario, el barbusano, el madroño canario y la hixa (o loro), entre otros. Se trata de un endemismo macaronésico presente sólo en Madeira y Canarias que está amenazado por la pérdida de hábitat.

Descripción:
El til es un árbol perenne que alcanza entre los 8 y los 20–30 m de altura, pudiendo algunos ejemplares alcanzar los 40 m. De tronco rugoso e irregular, posee una corteza renegrida cuya madera también es oscura y dura, liberando un olor característico cuando está cortada recientemente, siendo habitual encontrar múltiples tallos ramificados desde su raíz. De hojas lanceoladas u ovadas, verdes y muy brillantes, de 9–12 cm de largo y 3-5 de ancho con abultamientos glandulares en la base de los nervios. Los pecíolos son cortos.
Las flores de ambos sexos son blanquecinas salpicadas de verde y amarillo pálido, liberando un leve olor dulce. El periantio es de 6 piezas, teniendo las masculinas 9 estambres. Florece de Junio a Agosto.
El fruto es una baya dura y carnosa de 3 cm de largo, recubierta en su mitad anterior por una cúpula, semejante a una bellota, de color verde, oscureciendo progresivamente. La cúpula se lignifica y endurece al madurar. Los frutos caen desprendiéndose de la cúpula, quedando una mancha negra en el suelo pasados algunos días. Contiene una única semilla, envuelta en un tegumento duro y ligeramente lignificado. Los frutos sirven de alimento a diversas aves, siendo importantes en la dieta de las palomas turqué y rabiche, endémicas de Canarias.

Cultivo:
Prefiere suelo fresco, bien drenado. Exposición soleada o semisombra, aunque las plantas jóvenes no toleran bien el sol. La reproducción se hace mediante semillas aunque son de germinación difícil, necesitando condiciones favorables de humedad y luz.

Utilización:
Como ejemplar aislado aunque es raramente utilizada en jardines como ornamental.

Propiedades:
Se han realizado estudios sobre los aceites esenciales de las hojas de la Ocotea foetens cuyo componente principal es el etil p-coumarate llegándose a identificar en su composición hasta treinta compuestos más. Sin embargo no se ha podido comprobar ninguna propiedad significativa. Tampoco se encuentra ningún uso a su madera aún siendo dura, por el mal olor que desprende su leño cuando está fresco, de ahí el nombre científico que identifica a esta especie foetens (fétido).

Curiosidades:
     Para ayudaros a entender mejor nuestro relato inicial y la leyenda del Garoé, hemos considerado que hay ciertos datos que es necesario que conozcáis.
     Debido a su situación elevada, donde descargan los vientos alisios, el agua de las nubes se condensa en las ramas de los árboles y cae al suelo en forma de lluvia horizontal. Este fenómeno se produce en todas las cumbres de la isla del Hierro. La leyenda dice que el Garoé era un gran laurel (en realidad se trataba más bien de un til) que proporcionaba agua en cantidades suficientes para sobrevivir a los Bimbaches (guanches de la isla del Hierro) y a sus ganados, ya que destilaba grandes cantidades del líquido elemento al condensar el vapor que transportaban las nubes.
     Cuando los bimbaches vieron llegar la expedición franco española de Jean de Bethencourt, decidieron cubrir las copas del Garoé, para esconderlo de los extranjeros, asegurándose de haber guardado reservas de agua suficientes para un par de semanas, en un intento de que desistieran de su intención de conquistar la isla si no encontraban agua. La treta pareció funcionar pues los conquistadores comenzaron a sufrir las penalidades de la sed. Sin embargo fue entonces cuando entró en escena una aborigen, Agarfa, que se enamoró de un joven expedicionario andaluz y le reveló el valioso secreto del Garoé, sin darse cuenta que así estaba condenando a todo su pueblo a perder la libertad. A pesar de la resistencia de los bimbaches no pudieron evitar caer bajo el dominio de sus conquistadores. Finalmente, a Armiche, que por aquel entonces era el rey de la isla del Hierro, no le quedó más remedio que rendirse ante el conquistador Jean de Bethencourt.
     Casi 200 años después, el árbol original se cayó por culpa de una tormenta en 1610. El monje español Abreu y Galindo dijo haberlo visto con sus propios ojos. Como ocurre con todas las leyendas, el Garoé ha quedado en la conciencia herreña como un árbol sagrado capaz de proveer de agua a la isla y como símbolo de salvación ante el peligro. En 1957 se colocó un til en el emplazamiento original del Garoé, que ha ido creciendo con el paso del tiempo.


.

5 comentarios:

  1. Muy interesante la historia del Gaoré, si señor muy interesante.
    Abrazos
    Potri

    ResponderEliminar
  2. me encanta lo bien manejada que esta la leyenda del Garoé y su ubicación en el contexto actual. Quisiera saber si la semilla que aparece en la foto es del til o del Garoé y si es del til, siendo que ambos arboles son de la misma especie,¿ la semilla seria de igual forma y color? sabes algo al respecto.

    ResponderEliminar
  3. Los frutos que aparecen en la foto son de til (Ocotea foetens). El color verde brillante de estos frutos oscurece al madurar, hasta casi ennegrecer. La semilla estaría contenida dentro de este fruto.
    No está claro si el antiguo Garoé era un til o un laurel lo que si es cierto es que el arbol que pusieron en sustitución y que podemos ver en la actualidad si se trata de un til y por tanto debe de tener los mismos frutos que aparecen el la foto.

    ResponderEliminar
  4. no puedes decirlo como si fueseess tu esa persona tienes q decirlo como si fueses un autor de esta leyenda

    ResponderEliminar
  5. Me gustaría plantar un ejemplar en mi casa que llevará su nombre.
    Gracias por toda la información.

    ResponderEliminar